lunes, 12 de octubre de 2015

DOMUND 2015


Monición de entrada

Este Domingo celebramos la Jornada del DOMUND con el lema
“MISIONEROS DE LA MISERICORDIA”,
donde tratamos de recordar a quienes han entregado todo lo que tienen para llevar el anuncio de JESÚS a los que no la han conocido ni experimentado su AMOR.

Este año, el cartel tiene un signo de ese AMOR que trasladan los Misioneros y queremos compartir con vosotros una sorpresa, la Hermana misionera que realiza ese abrazo de AMOR pertenece a la comunidad de las Hermanas del Amor de Dios, por lo que les pedimos que nos contase su experiencia y comienza transmitiendo su Ánimo a la Parroquia.

Por ello, empezamos hoy con la Carta de la Misionera:


Estimada Comunidad Cristiana de la Parroquia Nuestra Señora de las Rosas, de Madrid:

Quiero saludarles y expresarles a todos y  cada uno, mis deseos de amor, paz, fraternidad y solidaridad, que nacen de contemplar al mundo con los ojos de Dios.

Soy la Hermana Toñi, Religiosa Misionera del Amor de Dios. En estos momentos me encuentro en Bullas, mi pueblo natal, recuperándome de una lesión en el hombro, fruto de una caída en bicicleta. Si Dios quiere, por lo que dicen los médicos, pronto podré regresar a Cuba, a continuar la labor misionera que el Señor me pide.

Mis Hermanas del Amor de Dios, vecinas de su barrio, me han pedido que les escriba unas palabras de ánimo misionero. Y es para mí un gozo poder hacerlo.

Uno es misionero cuando siente pasión por hacer el bien, con preferencia por el más necesitado, cuando nos implicamos por la dignidad del otro, como Jesús lo hizo. Cuando al entregarnos experimentamos la misericordia entrañable de Dios. Y eso, aquí, o allí, o donde estemos. El Señor  lo va diciendo a cada uno en la vocación que  regala y que siempre es de servicio a los demás.

Les animo a darse la oportunidad de implicarse en el abrazo de Dios a la humanidad. Por pequeña que parezca la aportación de cada uno. Es bendecida por el Señor porque nace del corazón.

Me siento dichosa de compartir con ustedes esta misión de ser transmisores de la misericordia de Dios, en la medida de nuestras posibilidades.

Les adjunto mi testimonio misionero y la historia hermosa de Aida, la señora que sale conmigo en el cartel del Domund de este año 2015.

Gracias por extender el Amor misericordioso de Dios. Que el Señor les bendiga. Con mucho cariño, unidas en la oración: Hna. Toñi, rad.

Petición de Perdón

(NIÑOS)

- Te pedimos perdón Señor porque siempre estamos diciendo quiero (quiero ver la tele, quiero este juego, quiero este movil) y nos es difícil compartir nuestras cosas con los que tenemos al lado, para que sean felices con nosotros. Perdónanos Señor

- Te pedimos perdón por no dar gracias por todo lo que tenemos, por no valorarlo y no pensar en lo que necesitan los que nos rodean: nuestros padres, nuestros amigos, nuestros compañeros, los misioneros, los niños de los países pobres y todos los que formamos la Iglesia de Jesús. Perdónanos Señor.

- Te pedimos Perdón por dudar de que eres bueno y por no saber reconocerte entre nosotros. Perdónanos Señor.

- Te pedimos Perdón Señor por no transmitir a los demás la alegría de disfrutar en la misa, en la catequesis, en la post-co, en los grupos de jóvenes, en los grupos de mayores y no presentarte como tú eres. Perdónanos Señor.

(MAYORES)

- Te pedimos perdón Señor porque ponemos nuestros deseos únicamente en aquello que nos gusta y que nos agrada y no somos capaces de sacrificarnos por los demás.Perdónanos Señor.

- Te pedimos perdón por no saber agradecer cada mañana todo lo que tenemos, por no valorarlo y no estar abiertos a las necesidades de los que nos rodean.Perdónanos Señor.

- Te pedimos perdón Señor por la falta de fe, de misericordia y por no saber reconocer la presencia de Jesús entre nosotros.Perdónanos Señor.

- Te pedimos Perdón Señor por no transmitir a los demás,  la alegría de haberte conocido y no presentarte como tú eres. Perdónanos Señor

Final de la Homilía

Volvemos a escuchar a la Hermana Toñi, como signo de ese AMOR de DIOS:

Soy la Hna. Toñi, misionera del Amor de Dios de Bullas, Murcia. Vivo en Cuba, en la  diócesis de Santa Clara; desde hace más 9 años.

Mi misión es encarnar el amor misericordioso de Dios en las realidades que Él me  va presentando.

Con mis Hermanas de Comunidad, y la joven aspirante, trabajamos en la pastoral  directa de las parroquias de los pueblos de Ranchuelo y San Juan de los Yeras y en  sus 16 casas de misión, que están en los campos.

A  nuestras  puertas  llama  el  Señor  cada  día,  a  través  de  muchos  rostros  desalentados,  que  esperan  de  nosotras  el  abrazo  de  Dios, su  acogida,  escucha,  consuelo, ternura, junto con la respuesta a sus necesidades humanas inmediatas:

‐ Hermana, venga a orar por mi familiar, que está agonizando.
‐ Hermana,  mi  pariente  está  enfermo,  traigo  la  receta  del  médico,  pero  el  medicamento no está en el país, ¿pueden ayudarme?
‐ Esta persona está muy enferma, vive en el campo y necesita de urgencia ser  hospitalizada. No hay transporte para llevarla.
‐ Esta anciana, está pasando mucha miseria, no tiene a nadie que la ayude y ha  perdido sus sentidos.
‐ Este otro es alcohólico y está tirado en la calle. Quiere cambiar y pide ayuda.

Y así son continuas las llamadas. Nosotras, procuramos vivir con amor la herencia  de nuestro Fundador, el Venerable Padre Usera: “Nunca llamó a sus puertas una  necesidad que no fuera al instante socorrida”.

Son innumerables las ocasiones que nos da el Señor de poner en práctica las obras  de misericordia:

‐ Tuve hambre y me diste de comer.
‐ Estuve desnudo y me vestiste.
‐ Estuve enfermo y fuiste a verme.

El Señor pide y da. Da en abundancia. Sus milagros se ven día a día. Hay un grupo  de personas en el pueblo y fuera del país, comprometidas con nosotras, en ayudar  a los necesitados. 

En  el pueblo, personas de buena  voluntad que  ejercen  la  caridad: Unas  lavan  la  ropa, otras  preparan  los  alimentos  y  los  distribuyen,  otras  cosen  en  el taller  de  costura parroquial,  otras  limpian  las  casas  de  los  casos  extremos.  El  grupo  de  alcohólicos anónimos espera que le mandemos a personas decididas a cambiar. 

Codo con codo, nos acompañamos en la misión de la misericordia.Implicando en la  labor caritativa, a los niños y adolescentes de la Infancia y Adolescencia  Misionera,  a los que tengo la dicha de animar en la diócesis. Ellos con su inocencia y valentía,  tienen el don de transmitir mucha alegría y esperanza a los que sufren.

Fuera del país, hay personas que a través de proyectos ayudan  con sus bienes a  que  estas  acciones  puedan  realizarse:  “Concordia”,  “Salud  y  Dignidad”  y  otras  personas de corazón solidario que se unen con su oración y donativo, para que la  misericordia de Dios llegue a quién lo necesita. 

Todavía queda mucho por hacer. Compartimos con las personas la impotencia de  no  llegar  a  más.  Y  seguimos  con  esperanza  llamando  a  las  puertas  de  organizaciones que quieren ayudar y colaborar en la dignidad humana.

Día a día, el Señor me pide que cargue las baterías en la oración, en el encuentro  con él  y en el  compartir fraterno en mi  comunidad. Me da la  certeza de que no  estoy sola, que en mi debilidad Él se manifiesta y que su gracia me basta.

Sufro con el que sufre, y experimento que su cruz se hace menos pesada. Cada día  el Señor me hace saber que la última palabra la tiene la vida y la esperanza.

Doy gracias a Dios por hacerme participar de su amor entrañable y misericordioso.

Hna. Toñi Valverde Fernández
Religiosa Misionera del Amor de Dios

Oración de los fieles

- Por la Iglesia universal, para que sepa renovarse desde la experiencia de la misericordia del Padre y emprender una nueva etapa de evangelización. Roguemos al Señor.

- Por los Pastores de la Iglesia, para que, con su ejemplo y su palabra, acerquen el Evangelio a todos los alejados de Cristo y de su Iglesia. Roguemos al Señor.

- Por los fieles y sus comunidades cristianas, para que la fuerza de la misericordia de Dios renueve su compromiso bautismal y misionero. Roguemos al Señor.

- Por la evangelización del mundo, para que todos los cristianos demos testimonio, con mayor entusiasmo y convicción, de la propia fe. Roguemos al Señor.

- Por la misión universal de la Iglesia, para que, impulsada por la misericordia de Dios, no tema ir a las situaciones más difíciles y necesitadas de evangelización. Roguemos al Señor.

- Por los misioneros y misioneras en todo el mundo, para que sean “misioneros de la misericordia” y signos de la solicitud materna de la Iglesia por todos. Roguemos al Señor.

Ofrendas

Queremos ofrecer estas palabras que cada una de ellas tiene su explicación pero que al final forman la palabra que nos une hoy a todos con los Misioneros

MIrar a los demás como Jesús lo hace. Es una mirada llena de ternura, de cariño, de perdón...
SErvir como Jesús y entregarse como los misioneros, que dejan todo para ayudar a los demás
RIsas y alegría en nuestra entrega. No hay mejor regalo que una sonrisa y mayor premio que recibir la alegría de nuestros hermanos
CORazón, para amar a todos, sin distinción, como Jesús nos ama
DÍA a día, sin cansarme, en casa, en el colegio, en el trabajo, es la aventura más divertida y apasionante que vivo cada día de mi vida: la de querer ser misericordia con los demás.

Igualmente, ahora ofrecemos el Pan y el Vino como signo de entrega a los demás y de compartir una forma de vivir y celebrar la alegría de la Eucaristía al convertirse en el Cuerpo y la Sangre de Jesús.

Oración Final

Padre bueno, Dios rico en misericordia,
concédenos la gracia de seguir el camino de los misioneros y misioneras.
Ellos nos enseñan a ser Iglesia "en salida",
a vencer la comodidad y el miedo,
a tomar la iniciativa, movidos por el Espíritu;
a salir al encuentro del otro
para mostrarle esa infinita misericordia de tu corazón
que ellos mismos han conocido.
Entregados a Ti en el servicio a los pobres,
muestran las puertas siempre abiertas de la Iglesia:
el lugar de la misericordia gratuita,
donde cada persona puede sentirse acogida,
amada, alegre por el perdón y alentada a vivir según la vida del Evangelio.
Señor, que aprendamos de los misioneros a ser "discípulos misioneros",
testigos convincentes de tu misericordia