lunes, 19 de enero de 2015

Infancia Misionera


Monición de entrada

Infancia Misionera 2015 Lema "Yo soy uno de ellos"Jesús nos ha convocado para esta celebración de la Eucaristía. En el Evangelio escucharemos cómo Jesús llamó a sus primeros discípulos, que es una llamada que nos hace a cada uno de nosotros. En relación con esa llamada de Jesús, hoy celebramos, la Jornada de la Infancia Misionera; su lema, Yo soy uno de ellos, nos recuerda que, como los apóstoles, nosotros también somos llamados a ser Misioneros. Comencemos la Eucaristía con ese Espíritu y tratemos de descubrir cómo nos llama Jesús a ser Misioneros.
Acto penitencial

Jesús nos llama, pero a veces no le escuchamos. Quien quiera y quien pueda queremos comenzar con un gesto: Nos vamos a poner un momento de espaldas al altar en silencio, y luego nos volvemos para pedir perdón por no escuchar la llamada de Jesús.

Perdón 1

Te pedimos perdón por las veces que “pasamos” de las necesidades de nuestros compañeros, amigos, vecinos, no ayudándoles como nos pide Jesús. Perdónanos Jesús

Perdón 2

 
Te pedimos perdón por querer siempre que otros hagan lo que yo quiero, como yo quiero, sin escuchar, sin intentar comprender y no respetando su libertad. Perdónanos Jesús

Perdón 3

Te pedimos perdón, por ser egoístas, ya que muchas veces no compartimos nuestras cosas con los que más lo necesitan, olvidando lo que Tú hiciste y enseñaste. Perdónanos Jesús

Cuento Homilía

Al Misionero, que se puede llamar Julen / Miguel Ángel / Rafa / Marcos / Paco / Hermanas Misioneras / Hermanas del Amor de Dios, el Señor les llamó a ser Misioneros en la India, Ecuador, Chile, Benín, Congo, España y allí donde se les necesita.

En su primer año en la Misión, le encargaron trabajar en un orfanato donde había niños solos que no tenían padres o habían sido abandonados porque no podían darles de comer. Se acercaba la Navidad, y los niños iban a escuchar por primera vez el relato del Nacimiento de Jesús.

El Misionero les contó cómo a María y a José no les acogieron en ninguna casa de Belén..., cómo tuvieron que pasar la noche en un establo, con un buey y una mula..., como al Niño Jesús lo tuvieron que acostar en un pesebre porque no tenían una cuna…

Todos los niños escuchaban la historia impresionados, con la boca abierta. Nunca habían oído algo así.

Una vez terminada la historia, el Misionero les repartió un papel y un lápiz para que dibujaran lo que habían escuchado. Mientras dibujaban "el portal de Belén", el Misionero se acercaba a los niños, para ver si necesitaban ayuda.

Así llegó donde un pequeño de seis años. Este niño, había pintado en su hoja un pesebre con dos bebés dentro. El Misionera extrañado le preguntó por qué había dos bebés en el pesebre. El niño cruzó sus brazos y, mirando al pesebre, comenzó a repetir la historia que acababa de escuchar del Misionero.

Lo estaba contando muy bien... hasta que llegó a la parte donde María pone al bebé en el pesebre. Entonces el niño empezó a inventar su propio final:

"... y cuando María dejó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar para estar. Yo le dije que no tenía mamá ni papá y que no tenía un sitio donde vivir. Entonces Jesús me dijo que yo podía estar allí con él. Le dije que no podía, porque no tenía un regalo para darle. Pero yo quería quedarme con Jesús; por eso pensé qué cosa tenía para darle como regalo.

Se me ocurrió que podría darle calor. Por eso le pregunté a Jesús: «Si te doy calor, ¿ese sería un buen regalo para ti?».

Y Jesús me dijo: «Si me das calor, ese sería el mejor regalo que jamás haya recibido». Por eso me metí dentro del pesebre y Jesús me miró y me dijo que podía quedarme allí para siempre".

Cuando el pequeño niño terminó su historia, sus ojitos brillaban llenos de lágrimas; se tapó la cara, agachó la cabeza sobre la mesa y lloró feliz. El pequeño huérfano acababa de conocer, gracias al Misionero, a su nuevo Amigo y alguien que no lo abandonaría jamás. ¡A Alguien que estaría para siempre junto a él!

Reflexionemos ¿qué regalaríamos a Jesús en el pesebre? ¿Seríamos capaces de ser Misioneros como nos pide Jesús?

Oración de los fieles

Petición 1

Por la Iglesia, y especialmente por el Papa y los sacerdotes, para que todos escuchemos la llamada de Jesús a seguirle. Te lo pedimos Señor.

Petición 2

Por los cristianos y Misioneros que pasan dificultades por su Fe, para que su fuerza y testimonio sea ejemplo para conocer a Jesús en todos los que nos rodean. Te lo pedimos Señor.

Petición 3

Por todos los niños (y los que debemos tener un corazón de niño) que celebramos la Infancia Misionera, para que seamos generosos con nuestras oraciones, en nuestras vidas y con nuestra ayuda. Te lo pedimos Señor.

Petición 4

Por los Misioneros, que han oído la llamada de Jesús a estar con los más necesitados, para que compartan el Amor de Jesús con todos los pueblos a los que han sido enviados. Te lo pedimos Señor.

Petición 5

Por los que ahora celebramos esta Eucaristía, para que el lema “Yo soy uno de ellos” se convierta en realidad y nos anime a seguir el ejemplo de tantos Misioneros que conviven con nosotros. Te lo pedimos Señor.

Ofertorio

Escuchando la llamada de Jesús, en primer lugar ofrecemos el pan y el vino para la celebración de la Eucaristía, dándonos cuenta que ahora mismo en distintos lugares del mundo se está celebrando la Eucaristía y están compartiendo este Sacramento.


Traemos también el cartel de la Jornada de Infancia Misionera, que nos recuerda que “Yo soy uno de ellos”, o sea, que cada uno de nosotros somos llamados por Jesús. El cartel son un grupo de niños que están construyendo un corazón. Sus rostros, desvelan que proceden de distintos continentes; expresan alegría en su tarea. Cada uno hace una cosa distinta y todos se ayudan. Creando este corazón están felices. El corazón es la expresión del amor que ha de reinar en la humanidad. También los niños y los que aún tengan corazón de niño, han de ser protagonistas de este trabajo conjunto. Todos estamos llamados a arrimar el hombro para construir una humanidad donde haya un solo corazón.

Finalmente, aportamos las huchas de la Infancia Misionera, que cada uno ha pintado, montado y compartido con el resto, y que es expresión de que somos generosos con los que lo necesitan.

Oración Final

Querido Jesús:

Si buscas niños y niñas
que quieran compartir con otros niños,
yo soy uno de ellos.

Si buscas niños y niñas
dispuestos a ayudar a quien lo necesite,
yo soy uno de ellos.

Si buscas niños y niñas
que hablen de ti y de la Virgen a los demás,
yo soy uno de ellos.

Si buscas niños y niñas
decididos a construir un mundo mejor,
yo soy uno de ellos.

Si buscas niños y niñas
que recen para conseguir todo esto,
escucha nuestra oración,
porque yo soy uno de ellos.

Amén.