lunes, 6 de noviembre de 2017

Vaso de Leche

Querido amigos,

Perdonar que haya tardado tanto en contestar a vuestro correo, estamos a principios de curso y esta semana ha sido de locura, ultimando los detalles para recibir a los niños el lunes por la mañana.

Pero hoy domingo quiero dedicaros este rato para, primero de todo daros las gracias por vuestro apoyo y ayuda y por el de tanta gente generosa que comparte lo que tienen con aquellos que están más desfavorecidos. 

Gracias también por el cariño y el aliento que nos mandáis a través de los mensajes. Yo siempre digo que la aportación económica es importante porque ciertamente sin ella no podríamos realizar esta labor, pero para mí tiene el mismo o mayor valor vuestro recuerdo y oración que nos sostienen espiritualmente y nos recuerdan que estamos aquí para que el Amor de Dios llegue a todos los rincones de la tierra. Un amor que se concretiza estando más cerca de los que sufren, no tienen y no pueden y de ayudarles a vivir con la dignidad de Hijos de Dios. 

Y ahora como me habéis pedido, paso a contaros en que consiste este proyecto y a que va destinado el dinero del Vaso de Leche


El proyecto se llama “Jardín de Infancia Madre de la Paz”, el cual lleva ya siete años funcionando.

Está destinado a niños entre 3 y 5 años que provienen de familias con muy pocos recursos y en muchas ocasiones muy desestructuradas, muchos de los niños viven con la abuela, la tía, una vecina o alguien que los recogió, porque sus padres se han marchado a Tailandia a trabajar, los cuales en ocasiones mandan algo de dinero para el mantenimiento del niño, en otras ocasiones no solo no mandan dinero sino que no vuelven a aparecer. 

El caso es que muchos de ellos pasan la mayor parte del tiempo en la calle, sin que nadie les preste mucha atención. Aún incluso los que viven con sus padres, las condiciones no son mejores, los trabajos de estos son muy precarios, así como la educación que han recibido.



El Jardín de Infancia Madre de la Paz les proporciona un lugar donde adquirir sus primeros conocimientos antes de ir al colegio, donde aprenden jugando, reciben cariño y atención, y una buena alimentación que les ayuda en su desarrollo intelectual y en el de todas sus capacidades. Pero el proyecto no solo ayuda a estos 80 y a sus familias las cuales también se ven beneficiadas, pues los padres también reciben formación en las reuniones anuales, sino a todo el personal que tenemos contratado, en este momento tres profesoras con situaciones familiares nada fáciles, todas ellas tuvieron que dejar de estudiar a edades muy tempranas para trabajar y ayudar a sus familias.

La profesora más antigua lleva con nosotras 7 años, empezó a trabajar con 16 años, el proyecto le ha ayudado a terminar sus estudios del grado 12 y a adquirir las capacidades para ser profesora del kínder, ha aprendido informática e inglés en este tiempo (trabajando de lunes a viernes desde las siete de la mañana a las 4 de la tarde, en las tardes y los fines de semana iba a estudiar) y os puedo asegurar que no ha desperdiciado el tiempo. Es una profesora excelente y los niños además de respetarla, la adoran.

Las otras dos profesoras al igual que la anterior tuvieron que dejar los estudios para ayudar a sus familias, y las dos gracias a la ayuda que este proyecto les ha proporciona han podido terminar también sus estudios de grado 12, y adquirir capacidades para enseñar. Y también han sabido aprovecharlo muy bien. Y tanto la cocinera como nuestra limpiadora vienen de familias con muy pocos recursos.

Comenzamos la jornada a las 8 de la mañana, recibimos a los niños, primero se canta el himno nacional, luego hacen sus ejercicios y a continuación una pequeña oración para iniciar el día, normalmente rezamos el padre nuestro. Los niños de padres católicos son muy poquitos, este año de los 80 tenemos solo dos, el resto son budistas, pero ellos saben que somos una escuela católica (aunque no enseñamos la religión a los niños), es más aquí aprenden sus costumbres, se les explica sus fiestas religiosas, etc. Los padres no ponen ningún impedimento, lo cierto es que entre cristianos y budistas existe muy buena relación. 
Después viene el momento del desayuno, que tres días a la semana se trata de una sopa de arroz con pollo y algo de verdura y dos días toman leche con pan. Los niños por turnos ayudan a servir y a lavar los platos tanto del desayuno como de la comida. Una vez terminado empiezan sus clases (jemer, matemáticas, inglés, medio ambiente, canciones, cuentos, bailes, manualidades, por su puesto con sus momentos de juego y de descanso). 

A las 12:00 llega el momento de comer, tienen un menú variado en el que comen de todo verduras, pollo, carne de cerdo, pescado y por supuesto arroz que es la base de la alimentación aquí. Y lo mejor de todo da gusto verles comer, algunos repiten hasta tres veces. 

Después tienen una hora de siesta, donde descansan de toda la actividad de la mañana, de 2 a tres 3 de la tarde tienen su última hora de clase y a las 3:00 los padres, abuelas, tías, etc., vienen a recogerlos para volver a casa, felices y contentos. Hay algunos que hasta el sábado y el domingo quieren venir al jardín de infancia. 

También durante el año hay tres momentos importantes que se celebran de manera especial con los niños y con los padres, Navidad, Nuevo Año Khmer y final de curso. Las profesoras preparan con ellos bailes y dramatizaciones y al final todos participamos de una rica comida. Una vez al año salimos con ellos de paseo, normalmente a la piscina, es un día grande para ellos, pues es el único día en el año que pueden disfrutar de este privilegio.

Las familias deben hacer una pequeña aportación porque se hace necesario que ellos valoren la educación de sus hijos. A lo largo del año van pagando cuando pueden. Es bonito ver como poco a poco se van haciendo más conscientes del valor y la necesidad de la educación de sus hijos.

Por último contaros que la aportación que vosotros hacéis y que se llama vaso de leche, va destinada, junto con la ayuda que hemos estado recibiendo desde Singapur, a mantener este proyecto. 

Unas veces la usamos para mantenimiento del edificio y del mobiliario y que resulta bastante costoso, otras veces se utiliza para la formación de las profesoras y en definitiva sirve para hacer felices a todos estos niños, familias, y las personas que trabajan con nosotras. Que siempre decimos, son una verdadera Bendición de Dios, sin ellas nada sería posible. 

Yo solo coordino este proyecto y trato de acompañar y estar presente en sus vidas (tanto de nuestros trabajadores como de los niños y sus familias). Sus sonrisas y el verles felices son para mí la mejor recompensa.

En Facebook, compartimos los momentos importantes del año con algunas fotos, por si quereis seguirla. La pagina es "Mother of peace kindergarten".

Muchísimas gracias por vuestra ayuda, que Dios os Bendiga siempre y en todo. 

Un fuerte abrazo desde Poipet, Camboya. 

Yolanda


Yolanda Cabrera Donoso
Misionera de la Compañía Misionera del SCJ