lunes, 3 de abril de 2017

¿A quién elegimos nosotros cotidianamente, a Jesús o a Barrabás?


Buenos días,

Cuando un artista se pone delante de una piedra o un tronco de árbol ya intuye, ve la obra que quiere crear y comienza a tallarla o esculpirla. 

A Dios le pasa algo parecido con nosotros. Cuando nos tiene delante ya sabe lo que quiere modelar en nuestro interior, pero tenemos que poner de nuestra parte. 

No sería mala ocasión de pararnos, de hacer silencio para que Él nos pueda modelar a su antojo, en la Semana Santa que inauguramos con el próximo Domingo de Ramos. 

Un abrazo grande.

Paco Bautista
Misionero SMA

JESÚS O BARRABÁS

La siguiente anécdota me ocurrió en el año 1999 o 2000, no recuerdo bien. 

Estaba en la parroquia de Banikanni, de la ciudad de Parakou, la más importante del norte de Benín. Aquel lugar era una encrucijada de caminos y los domingos la iglesia estaba repleta de gente.

Contábamos con doce corales, es decir, con doce grupos étnicos diferentes, con sus respectivas culturas y lenguas. Una auténtica torre de Babel. En aquella época trabajaba conmigo mi compañero Rafael Marco. Recuerdo que el objetivo primordial era crear unidad, solidaridad, en aquella rica pluralidad, también procurarles una formación adecuada. Además, trabajábamos en numerosas comunidades de base distribuidas a lo largo y ancho del barrio.

Pues bien, al comenzar el Domingo de Ramos preparé una pregunta con la que quería comenzar la semana santa y volverla a repetir en le Domingo de Resurrección. Así lo hice saber en la celebración:

- ¿A quién elegís -pregunté-, a Jesús o a Barrabás?

Todos respondieron Jesús sin dudarlo. Y yo les recordé que volvería a hacerles la pregunta.

Proseguimos la semana santa: el jueves con la cena del Señor, el viernes con la pasión de Cristo y un vía crucis viviente por las calles del barrio, la vigilia pascual de la noche del sábado y para concluir el domingo de resurrección.

Y volvió mi pregunta justo al final de la misa:

- ¿A quién elegís, a Jesús o a Barrabás?

- A Jesús - contestaron con una sola voz -.

- Os felicito, les dije, de eso se trata, de seguir a Jesús al salir de la iglesia, en vuestras vidas cotidianas, en el barrio, en el trabajo, en vuestros hogares, en vuestras relaciones. No seáis como la muchedumbre voluble del evangelio que aclaman a Jesús con palmas en las manos como su rey para acto seguido negarlo ante Pilatos y elegir la libertad del preso Barrabás. Ojalá mantengamos la coherencia que la multitud judía, en la explanada del pretorio, no tuvo.

Así terminé aquella semana santa en Banikanni.

Para descansar unos días me fui a Cotonou, ciudad costera de más de un millón de habitantes bañada por las aguas del Atlántico.

En aquella gran ciudad el tráfico es alocado, pero tiene una característica peculiar. Existen más de seis o siete mil taxi moto, que transportan viajeros y lo que estos lleven consigo, que puede ser de lo más variopinto, desde una simple maleta, unas cacerolas, un ataúd o un cabrito. Es un colectivo que mantiene vivo el desplazamiento de los ciudadanos de manera eficaz y facilita también el comercio.

Pues bien, yo solicité el servicio de uno de ellos para que me llevase a la playa protegida de “El Dorado” y poder disfrutar de la mar. Antes de discutir el precio del trayecto, que siempre hay que hacerlo, el conductor me preguntó con una pícara sonrisa dibujada en su rostro:

- Muy bien. Yo os llevo al “Dorado”, pero antes me tenéis que decir a quién elegís, ¿a Jesús o a Barrabás?

Mi cara fue de sorpresa, su carcajada sonora.

- Padre, me dijo, he pasado toda la Semana Santa en Banikanni, mis padres son de allí. He seguido todas las celebraciones. Soy cristiano.

Mi sonrisa se unió a la suya y el taxi moto me conduzco a la playa protegida. Allí pasé un día de descanso mirando las amplias aguas de océano que tenía justo frente a mí.

Aquí termina mi historia de hoy no sin dejar de lanzaos una pregunta menos ingenua de lo que parece:

¿A quién elegimos nosotros cotidianamente, a Jesús o a Barrabás?

En la respuesta nos va nuestra fidelidad al Evangelio.

Buena Semana Santa.

Un abrazo fraterno.

Paco Bautista, SMA



Paco Bautista
Misionero SMA

SOCIEDAD DE MISIONES AFRICANAS
C/ Asura, 34 28043 Madrid
Tel: 91 300 00 41
E-mail: sma@misionesafricanas.org

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